Parte 3. Capítulo 35. El encierro
Jesenia bajó del bus con la ansiedad bulléndole en las venas. Atravesó la calle donde estaba ubicada la morgue en dirección a la selva.
No recordaba el camino que la había llevado hacia la cabaña, pero estaba dispuesta a intentarlo las veces que fuera necesario hasta dar con ella.
No quiso decirle a nadie de su aventura. A Isabel los nervios la estaban enloqueciendo mientras dividía su atención entre el apoyo a Rebeca y a los líderes en el pueblo.
Sabía que Jonathan y el resto de los chicos de la sociedad se encontraban en la montaña con Baudilio y si alguno de ellos se hubiera enterado de su intención, la habrían atado a la pata de una cama para evitar que saliera y se viera en peligro.
Pero la chica no estaba dispuesta a quedarse sin hacer nada. Durante la noche había tenido pesadillas donde aparecía la niña de los cabellos rubios y otros chicos a los que jamás había visto, quienes le pedían a los gritos que los buscara.
Soñó también con su hermana, que la miraba afligida desde vent