Al cabo de un rato, el auto se incorporó al tránsito y la multitud desapareció de la vista. Tras recordar el vehículo destrozado, Daniel preguntó:
—Han chocado tu auto antes, ¿verdad? ¿Quién estaba adentro? —¡Maldición! — solo entonces William recordó que aún perseguían a Belén. —Es ella, ¡deprisa, Vamos a salvarla! — exclamó. Ante la noticia, Daniel se entristeció. Para cuando regresaron, se apresuraron a ir a la planta baja y siguió rezando para que no hubiera nadie en el auto, Incluso si había alguien adentro, no debería de ser Belén. Por desgracia, perdió todas sus esperanzas. —¿Dónde fue? —Cruzó corriendo la carretera cuando el semáforo estaba en verde y desapareció. Sin embargo, algunos hombres fueron tras ella. Creo que escapó al centro comercial de enfrente, el lugar debería estar abarrotado como para que se quitaran de encima esos ho