La carretera estaba repleta de autos y cuando Belén llegó allí, solo quedaban tres segundos para que el semáforo se pusiera en rojo, entonces cruzó hasta el otro extremo tan rápido que todo el mundo solo pudo ver una sombra que pasaba por delante de ellos.
Cuando los manifestantes llegaron, la lucha estaba en rojo, pero al ver que los autos cruzaban a toda velocidad, la mayoría de los manifestantes se detuvieron con vacilación.
Sin embargo, algunos ignoraron el semáforo en rojo y cruzaron corriendo la carretera para ir tras ella.
—¡Piii, piii!
Inmediatamente, los vehículos que cruzaban por ahí se detuvieron con un chirrido.
¡Pum! Al instante uno embistió al que tenía delante, el dueño saltó de su vehículo con furia y gritó:
—¿Acaso no has visto el semáforo en rojo? ¿Quieres morir? Mi auto cuesta más de dos millones, exijo una indemnización.
La carretera se había convertido en un caos, algunos aprovecharon la oportunidad para ir tras Belén, pero el dueño de ese auto y el intenso tráfi