Totalmente descontento, Piero transfirió el dinero a la cuenta bancaria del hombre, luego se apresuró a marcharse tras avisarle a Rafael. Este no lo detuvo, y después de colocar el ramo de flores delante del retrato de Ana, tiró de Belén.
—Escucha, yo también soy responsable de esto, no estuve tan atento a tu profesor y eso ha provocado mucho malentendido entre ambos.
Haré que se disculpe contigo en la universidad, y espero que esto no afecte tus estudios. Si tienes algún otro problema y no quieres hablar con el señor Burgos sobre eso, puedes hablar conmigo.
Ella sabía que el director era una buena persona.
—De acuerdo. Gracias, señor Lagos. Después de que el señor Burgos, se disculpe conmigo, me olvidaré de este asunto. Solo espero que deje de encontrar defectos en mí.
—respondió.
Rafael asintió.
— Por supuesto, hablaré con él sobre esto. Te prometo que nada de esto volverá a ocurrir, y si sucede, tomaré medidas serias.
Belén hizo una pausa antes de preguntar:
¿A qué