Apreté los dientes y oculté las manos debajo de la mesa para que no viera como me enterraba las uñas en la carne.
―Austin habló con nuestros padres, les suplicó que aceptarán la oferta para que se pudiera casar contigo. Pero mis padres no aceptaron, porque las condiciones que ofrecía tu padre eran absurdas. Y los intereses entre sus empresas chocaban ―Algo se tensó en el rostro de Maya y su postura se volvió rígida―. Tu padre era… es… Ya sabes, no es alguien de confianza. Y mis padres no pasaron eso por alto. Grave error.
Cuando pensé que me iba a contar algo más sobre mi progenitor, se detuvo.
Eché a un lado las cosas que me había hecho a mí y recordé la acusación de mi esposo, que ellos han sido enemigos durante muchos años. Que mi propio padre ha intentado matarlo repetidas veces. Y cada d&