Cuando ocurrió un terremoto en el extranjero, mi suegra y yo quedamos atrapadas al mismo tiempo. El equipo de rescate sabía que el jet privado de mi esposo estaba cerca de la zona y me solicitaron que me comunicara con él para pedir ayuda, pero me negué a hacerlo. En mi vida anterior, había llamado a mi marido, desesperada, pero, aunque tanto mi suegra como yo conseguimos ser rescatadas, la amante de mi esposo salió imprudentemente a entretenerse y terminó siendo asesinada de forma brutal. Mi esposo le dijo a mi suegra que esa mujer de dudosa reputación se había buscado su destino, pero, el día que se cumplía el aniversario de su muerte, me mató de forma salvaje utilizando los mismos métodos. —¡Sé que todo esto fue tu plan, tienes que pagar la muerte de Violeta con tu vida! Por eso, ahora que he renacido, mi marido llevó a su amante en su jet privado para ver las luces nocturnas de la ciudad. Sin embargo, cuando se enteró de todos los acontecimientos, perdió la razón por completo.
Leer másAlejandro se puso muy contento y volvió volando a la habitación del hospital.Al ver al empleado de pie a un costado de él con una expresión algo nerviosa, quedó desconcertado. —¿No veníamos a hablar del divorcio? ¿Qué está pasando aquí?Esperanza mantenía una expresión seria y, sin dirigirle la mirada ni por un solo instante, señaló al empleado con un gesto.—¡Cuenta con exactitud lo que sucedió, sin omitir detalle alguno!El empleado no tuvo más remedio que confesar toda la verdad.A medida que Alejandro escuchaba el relato, su rostro se tornaba cada vez más sombrío.—Eso es imposible, Violeta tiene un corazón noble, ¡jamás lastimaría a otra persona!Justo cuando terminó de decir estas palabras, regresaron los investigadores que Esperanza había enviado.—Hemos confirmado que fue Violeta quien pagó para promocionar el hashtag sobre el helicóptero romántico.Alejandro parecía haber perdido el rumbo por completo, como un alma en pena, y les quitó con violencia los documentos de las man
—El bebé ya no está. Alejandro, nunca fuiste un esposo decente ni por un solo día, y menos un buen padre.Alejandro quedó petrificado, como si le hubieran dado un golpe devastador.En ese preciso momento, su asistente irrumpió en la habitación con suma urgencia.—Señor Rivera, tenemos un problema serio. Todo el mundo está diciendo que abandonó a su esposa y la dejó morir, ya no podemos controlar lo que dice la gente.Los ojos de Alejandro se endurecieron enseguida y empezó a reclamar.—¡¿Por qué no me dijiste nada antes?! ¡Y sobre el terremoto, por qué no me avisaste enseguida!Asustado, el asistente tragó saliva, con cara de resignación.—La señorita Mendoza nos ordenó que mientras usted estuviera a solas con ella, aunque se acabara el mundo, no lo molestáramos. También nos amenazó con despedirnos y vetarnos de cualquier trabajo si la contradecíamos.El rostro de Alejandro se fue endureciendo mientras revisaba las noticias.Sus acciones ya eran tema viral en todas las redes.Había ins
Él se acercó con rabia, me agarró del brazo y me jaló fuera de la cama del hospital, mirándome directo a los ojos.—Daniela, ¿qué significa todo esto? ¿Crees que fingiendo ser la víctima te voy a perdonar? ¡Quiero que vayas y le pidas disculpas a Violeta! Di que era solo un juego, que te caíste solo por accidente, ¿entiendes?A diferencia de la furia y el enojo de Alejandro, yo solo lo miré con tranquilidad y lo seguí negando. —No fue un juego, Violeta quería matarme.Enseguida, las lágrimas de Violeta comenzaron a caer, y se lanzó a los brazos de Alejandro.—Alejandro, solo estábamos jugando, ¿cómo puede acusarme de esa forma? Mejor olvidémoslo, no importa cómo me insulten afuera, digamos que fue mi culpa, ¿está bien? Vámonos rápido, no molestemos más a Daniela, no sea que revele más cosas...Sus palabras sonaban sumisas y desesperas, pero me echaba toda la culpa a mí.Al escuchar esto, Alejandro explotó por completo, y me agarró del cuello y me arrastró de la cama al suelo.—¡Daniel
Después de abrir los ojos de nuevo, todo a mi alrededor era de un blanco puro.Esperanza estaba a mi lado, con la mano cubriéndose el rostro, mostrando profundas ojeras.Intenté sentarme y, al escuchar el movimiento, Esperanza se despertó asustada. Cuando vio que había recobrado la conciencia, sus ojos se inundaron de lágrimas.—Daniela, niña tonta, ¿por qué no me dijiste que esperabas un bebé?Al oír su voz entrecortada, también sentí un nudo en la garganta.—Mamá, Alejandro nunca me habría dejado tener al bebé.Tan pronto mencioné el nombre de Alejandro, el semblante de Esperanza se ensombreció. —Ya sé todo lo que pasó. Daniela, no te angusties, esta vez apoyo cualquier decisión que tomes.Entendí que hablaba del divorcio.Desde que Alejandro me dejó tirada en la calle por primera vez por culpa de Violeta, ya había empezado a considerar la separación.Pero Esperanza me quería mucho y odiaba las tácticas despreciables de Violeta, por lo que nunca me permitió alejarme de Alejandro.Es
Mi cuerpo se estrelló duro contra el pavimento, y un dolor agudo atravesó todas mis extremidades.El helicóptero de Alejandro hizo un círculo sobre mí, como burlándose, antes de desaparecer en el horizonte.La sangre seguía brotando entre mis piernas, y en mi desesperación traté de incorporarme, pero mis piernas parecían rotas y no podían soportar mi peso.Todas las personas que antes me habían observado con cierta envidia ahora permanecían inmóviles, hasta que al final alguien reaccionó.—¡Rápido, alguien ayúdenla!Con ese grito desgarrador, una multitud de extraños que apenas me conocían corrieron hacia mí sin dudarlo.Unos me ayudaron a sentarme, otros me ofrecieron agua en los labios, varios preguntaban con insistencia constante por mi estado de salud.Entre las alarmas caóticas del terremoto que sonaban por todas partes, hice un esfuerzo enorme por hablar.—Estoy bien, váyanse.Apenas terminé de pronunciar esas palabras, la tierra volvió a temblar.En medio de los gritos de terror
Esos eran bellos detalles que jamás había recibido.Durante todos los años casada con Alejandro, solo había conocido su profundo desprecio, frialdad, reproches y humillaciones. Para él, mi existencia no valía ni una hebra del cabello de Violeta. Por eso sabía que no vendría por mí.Los viajeros atrapados conmigo observaron estupefactos las noticias con rostros diversos, pero su deseo de vivir los impulsó a marcar frenéticos el número personal de Alejandro.Alejandro contestó con evidente irritación.—¿Diga? ¿Quién habla?—Señor Rivera, estamos varados en el aeropuerto junto a su esposa Daniela...—¿Cuándo van a parar con esto? Daniela… No me interesa cuánto les haya ofrecido por esta actuación, yo ofrezco el doble. ¡Lárguense todos!—Señor Rivera, ¿no ha visto las noticias? Ya emitieron la alerta sísmica, ¡están evacuando a todos los nacionales!—¡No he visto ninguna maldita noticia! Si hubiera en verdad un terremoto, ¿tú crees que mi asistente me lo escondería? ¿Daniela está
Último capítulo