A pesar del dolor que le había causado su traición, Rebeca, vio que estaba verdaderamente arrepentido, además, en ese momento pensó en su hija Esperanza, ella no tenía culpa de lo que había pasado, era injusto quitarle la posibilidad de tener un hogar con sus dos padres. Y en cierto modo, el no estar cerca de su padre, era la razón por la que se había enfermado. Y por último y no menos importante, ella amaba a Diego con toda su alma y no quería perderlo.
Rebeca no pudo evitar romper en llanto, era la primera vez que un hombre se ponía a sus pies para pedirle perdón. Si había perdonado a Iván con todo el daño que le hizo, ¿Cómo no iba a perdonar a Diego?
— Por favor, no es necesario que sigas haciendo esto. Levántate de allí, mira que todo el mundo nos está viendo. —decía Rebeca secándose las lágrimas.
— No me importa lo que diga la gente, yo solo quiero pedirte perdón desde el fondo de mi alma porque sé que te hice mucho daño. Solo te pido que me des una oportunidad para que podam