Punto de Vista de Elara Vane
Intenté no llorar. Lo intenté. Pero el nudo en mi garganta era espeso y obstinado, como una piedra alojada en mi tráquea.
¿Casada? ¿Con un viejo lobo rogue?
Las palabras de mi padre resonaron en mi cráneo. Cada sílaba estaba clavando los clavos más profundamente en mi inminente perdición.
—Un mes. Tienes un mes en esta casa, Elara. Si, para entonces, sigo creyendo que estás maldita... —Hizo una pausa, dejando que el asco goteara de su lengua—. —Entonces me encargaré de que te cases con cualquier rogue al que no le importe qué clase de desgracia seas.
Una risa aguda y fea brotó de Cora.
—Oh, Padre, ¿por qué esperar? Estoy segura de que hay muchos rogues viejos, desesperados y repugnantes por ahí que amarían a una pequeña Omega patética como ella.
Apreté los puños, las uñas se clavaron en mi palma tan fuerte que estaba segura de que rompería la piel.
Lyra dejó escapar un suspiro, sacudiendo la cabeza como si mi destino ya estuviera sellado.
—Tiene s