Capítulo 65.
Evelyn
La realeza siempre se ha mostrado como aquello a lo que muchos aspiran. Sí, hay instantes que se sienten como un privilegio reservado a unos pocos el estar presente en banquetes donde el cristal suena como un canto celestial, fiestas donde el oro y las sonrisas parecen infinitos, y la sensación de caminar sabiendo que el mundo gira para mantenerte en lo alto.
Pero no es tan simple.
No cuando la codicia se vuelve más fuerte que la tradición, cuando los imperios se tambalean porque todos quieren arrebatarte lo que posees, entiendes que ser parte de la llamada sangre azul es, en realidad, cargar una m@ldición.
Lo aprendí demasiado pronto, demasiado joven. Demasiado ingenua.
Ahora sé que detrás de cada reverencia hay cálculo, y que cada gesto amable esconde una daga esperando a ser usada. La corona no brilla con oro puro, sino con sangre seca de los que han caído tratando de sostenerla.
Correspondo a la reverencia del Vizconde de Hertfordshire y dejo que la sonrisa se desvane