Capítulo 35

El señor Nigel aprovechó cuando todos se retiraron del despacho para acercarse a Maia y a su esposa. La miró con unos ojos tristes únicos que expresaban todo lo que sus palabras seguramente no podrán hacerlo.

—Siento mucho que hayas tenido que pasar por esto, hija. Ahora eres parte de mi familia y pondré la cara por tí como lo haría por cualquiera de mis hijos. No te preocupes. Hundiremos a ese infeliz. Yo me encargaré —prometió acariciando paternalmente sus mejillas bañadas en lágrimas.

Maia se adelantó tímidamente y lo abrazó buscando la protección que tanto necesitaba. Al darse cuenta se retiró avergonzada.

—P-perdón, señor Nigel. Y-yoo.

—No es nada, hija. Está muy bien. Yo quiero que seas también mi hija, si lo permites. Y quiero que siempre, escúchame bien, siempre puedas confiar en
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App