"Un día eres la rara del instituto y a pesar de ello llega alguien que te cambia la vida. Quise huir para alejarme de todo lo malo que había vivido pero hube de regresar por mi familia. Y ahí está de nuevo él, Joshua Nigel, con sus aires de grandeza y niño rico cuya mirada continúa persiguiéndome por las noches, en mis sueños, tan vigente como hace dos años. Sé que él también tiene sus secretos, pero el mío me impide acercarme a ningún hombre. Sé que no puedo ni podré nunca volver a confiar pero me conformo con estar cerca y mirarlo de lejos porque un tipo como él jamás se fijará en mí. Sueño despierta y me imagino un mundo en el que él y yo no tengamos pasado." Extraído del Diario de Maia Low.
Leer másRelator omnisciente
"Quiero guardar tus sueños en de mi corazón"...empezaba el libro que leía Maia. "Desde que te fuiste no puedo ya vivir", suspiraba profundamente sin percatarse de que aún el aula estaba llena. Unas carcajadas estrepitosas se oyeron y vió por todas partes las miradas burlonas. Ella estaba más allá de todo eso. Había logrado construir un muro entre el mundo exterior y ella. "Que digan y piensen lo que quieran", se dijo a sí misma.
Pronto se dió por finalizada la aburrida clase, el timbre anunciaba el recreo y el profesor procedió a retirarse sin siquiera girar a mirar. Maia se quedó como siempre, pues no acostumbraba a salir porque no tenía con quien hablar, en todos los años en los que estudiaba allí evitó acercarse a nadie. Sacó una golosina que había guardado en la mochila. Estaba afanada rebuscando entre las decenas de lápices que tenía allí pues debía presentar un trabajo en los siguientes días. De repente, una gran mano le tapó la boca. Sintió un aliento en su nuca.
—SSShhh... —le susurró alguien de atrás.
Ella quedó paralizada, en silencio. Quiso voltear para ver quien era y un movimiento brusco le hizo saber que no permitiría que viera su rostro. Sintió miedo...¿Qué quería? ¿Robarle? No tenía nada de valor, solo el celular. Le ofreció que revisara la mochila. La persona detrás de ella la tiró a un costado con un movimiento brusco y despectivo, no esperaba que le diera nada materiasl. Lo que había ido a buscar no estaba en esa sucia mochila. De repente empezó a tocarla y por la forma y tamaño de sus manos, se dió cuenta que era un hombre. La mano empezó revisando sus pechos primeramente, se detuvo en sus pequeños pezones, los cuales empezaron a notarse incluso con toda la ropa puesta. Él jadeaba detrás haciendo chocar su ardiente aliento en su cuello. Luego las manos bajaron por encima del uniforme, acarició sus muslos y fue subiendo lentamente hasta tocarla allí donde jamás a sus diecinueve años nadie la había tocado. Estaba caliente por encima de la falda gris, él tenía curiosidad por saber como sería por debajo. Le pasó la mano por la ropa interior y se apretó a sus nalgas para que ella sintiera su erección. Maia quedó de una pieza, se sorprendió de la dureza detrás suyo.
Este pervertido ya estaba así antes de encarala pero miles de preguntas acudían a su atormentada cabeza...¿por qué la eligió a ella? No era sexy, no usaba maquillaje ni ropa apretada, es más, su falda era cinco centímetros más abajo que la reglamentaria del instituto privado al que asistía. No acudía allí porque pudieran costearla como todos los demás, sino porque se había ganado una beca por su excelente desempeño académico. Por eso era el bicho raro para todos, era pobre, rara y tímida, tenía todo lo que odiaban los estudiantes del instituto. Los muchachones que iban eran de las mejores familias de Valle Largo. Las chicas eran todas sexys, se vestían bien y usaban los mejores maquillajes y peinados. ¿Por qué este personaje que la sobaba por todos lados la buscó a ella? Podría estar con quien quisiera. Tenía entendido que ninguna de las que iba allí era virgen, todas tenían su historial. Trató de pensar rápido quien podría ser este que empezó a subirle la falda por detrás. No había establecido ni siquiera contacto visual con alguno de ellos.
Al principio intentó resistirse pero supo que no podría hacer nada para evitar lo que vendría. Había leído en alguno de los cientos de libros que devoraba a diario que era mejor no resistirse y "relajarse"...aunque no sabía bien a que se refería esto. Nunca había pasado por una situación como esta, su único novio del primer año fue un muchacho como ella, sin grandes aspiraciones a ser el matador del grupo y se dejaron cuando él se mudó a otra ciudad. Había soñado muchas veces con lo especial que sería su primera vez y quien sería el afortunado en llevársela. "Ojala fuera Josh", se dijo.
Era el tipo más hermoso que hubiera conocido en su vida. Era alto, todo músculo, el rostro con el mentón cuadrado que le recordaba a las estatuas romanas antiguas. Se pavoneaba por los pasillos como si solo él existiera y un harén de chicas babeándose por detrás. Una sola vez se cruzaron de cerca y ella quedó impactada con su mirada de ojos negros y largas pestañas. Él hizo una mueca hacia el costado que ella interpretó como sonrisa...más bien era de desprecio por esa cosita tan insignificante con anteojos y las faldas por los tobillos.
Josh se dio vuelta a mirarla para después reírse de ella en las reuniones con sus amigos. Eso era lo que demostraba, nadie podía descubrir que se le quedaba mirando incluso cuando ella doblaba al final del pasillo. Cada día se admiraba más de su cobardía, él era el rey, ¿por qué no podía imponerse ante los demás y hacer lo que realmente quería? Si alguien lo descubría, estaría perdido. Tenía que seguir disimulando...
Michael Nigel correteaba alegre en el gran patio. Ahora era más divertido que antes pues tenía con quienes jugar. La familia había crecido exponencialmente desde hace unos años. Sus padres se casaron y a los pocos meses llegó su hermano Charles quien podía correr inseguro aún. A lo lejos atisbó la rubia cabellera de Linda, su primita un par de años menor que él, hija de Lauren con Richard, un amigo de infancia que regresó de un día para otro de su recorrido por Europa y apareció en la puerta de los Nigel. Cuando él y Lauren se miraron, pareció que su único objetivo era buscarla para desposarla. Fue un amor intenso, rápido y así también trajo rápido fruto. Convertirse en madre transformó a Lauren de una manera que nadie jamás imaginó. Se volvió una señora de su casa y los niños empezaron a llegar a tropel. Tenía además de Linda, a Marcus y esperaba otro que aun no sabían el sexo. Se la veía feliz y era una excelente madre. Josh adoptó a Michael como su propio hijo, y es de al
—¿Sabes quien fue? —temblaban las palabras y salían casi en un murmullo.—Si, Maia. Sé quien fue...y no solo eso. He estado investigándolo, contraté a alguien para que buscara información, le llevó un tiempo porque la búsqueda fue difícil pero finalmente tengo el archivo completo. Lo puedo enviar a tu correo si realmente necesitas verlo, aunque te sugiero no lo hagas. con lo que yo voy a decirte creo que será más que suficiente para darte por satisfecha y continuar con tu vida, con la de Michael y con la mía...—hice una pausa. Ella cambió la calma con la que escuchaba antes por un estado de nerviosismo que le causaba leves temblores en todo su cuerpo. Apreté más fuerte su mano.—Maia, el que te hizo eso fue Harry Lewis. Lo recuerdas, ¿verdad? —casi no reconocía mi voz al nombrarlo, tenía una mezcla de rabia, t
Maia—¿Cuándo pensabas contarme? —fue lo primero que me dijo mi madre apenas salió Josh. Ni siquiera se acercó a darme un beso como siempre lo hacía al verme.—No sé de que habl.... —fui brutalmente interrumpida con su tono bastante más elevado de lo habitual.—No creas que soy tan estúpida, Maia. ¿De dónde saliste? ¿Te materializaste aquí y ya? ¿Crees que no sé que pasaste la noche en la habitación de Josh? —miles de excusas se atropellan en mi cabeza pero sé que es inútil. No es posible tapar el sol con un dedo.—Estuvimos juntos. Asistimos a la cena de presentación de mi proyecto. ¿Sabes lo que fue eso, mamá? ¡Fue alucinante! Mi nombre fue repetido un montón de veces como co-autora de uno de los proyectos más importantes del mundo de las empresas!&
Maia"Es un gorila", sabía que esto no funcionaría. Detesto cuando despliega sus aires de grandeza y su espíritu posesivo delante de todos. Me siento confundida cuando estoy cerca de él. Pero vaya que el momento de alegría que había vivido cuando me nombró no se disipaba, seguía allí, alimentando los bombeos de mi corazón. Estaba orgullosa de mí misa. "Al fin estas viendo tus frutos", le decía a mi propìa imagen proyectada en el espejo del baño. Me sentía en un estado que pocas veces había experimentado en mi vida: euforia. Abrí la canilla para remojarme la cara y el cuello y quitar el calor que me había provocado el beso de Josh. Era increíble lo que sentía con solo apoyar sus labios sobre los míos.Estaba distraída en mis pensamientos cuando escuché detrás mío la puerta cerrarse. Al levantar
JoshLlegamos juntos a la cena. Ya era un poco tarde, la comida estaba en su apogeo y se encontraban dando las palabras de agradecimiento por los micrófonos que habían preparado, el encargado en la entrada vino corriendo a nuestro encuentro en cuanto nos vio llegar, con los ojos desorbitados y con manchas de transpiración debajo de sus axilas y chorreando por la cara y cuello.—Señor Nigel, ¡qué bueno que ya está entre nosotros!. En breve le toca dar las palabras, síganme por favor —sudaba profusamente y se le notaba nervioso. Nos condujo hasta nuestra mesa en la que se habían dispuesto los nombres de cada invitado. El de Maia se encontraba a dos sillas de la mía por lo que solicité amablemente a la morocha con curvas grandes que habían sentado a mi lado que le cediera el lugar. Hice un despliegue de mis artes seductoras hasta que finalmente la mujer accedió no sin ant
JoshPor Dios, ¡ cuánto la había extrañado'. Sin ella me faltaba un trozo de mí mismo. Hace años que estaba loco por esta mujer, si antes fui un cobarde ahora debía compensar con hechos valientes, arrojados, que ella sepa realmente que no soy solo palabras. En ese gran momento que quería perpetuar venían las letras de una bella canción que escuché aquella vez que realice mi viaje hacia la sanación de mi alma y mi corazón, cuando también hube de desprenderme de ella para encontrar el camino correcto. Recordé llorar todo el tiempo, pues reflejaba nuestra relación, surcada de dolores y pesares:Quiero volver a ser quien te amabaComo un juego de niñosVolver al verde de tu miradaY secar la pena que hoy nos calaArrancaré del calendario las despedidas grisesLos días más felices no han llegadoTe prometo
Último capítulo