El paralítico más odiado es mi esposo
El paralítico más odiado es mi esposo
Por: Key Sandria
1. Contrato

……….PUNTO DE VISTA [Mirai]………

— Lea el contrato, señorita Jonhson

Tengo veinte años, apenas hace un mes comenzaron a darme clases, aunque he aprendido rápido, no me creo capaz de analizar este contrato.

Mis padres murieron hace seis meses, en un accidente de auto. Mis padres eran los sirvientes en la casa de la familia Elric, una familia muy adinerada de Croacia.

Los Elric se conforman de la señora Amanda Elric y el señor Edward Elric, junto a su único hijo que tuvieron hace dieciocho años llamado Alphonse Elric.

Ahora que mis padres muriendo, la familia Elric quiere que firme un contrato de trabajo, para tomar el lugar de mi madre.

— ¿Si lo firmará señorita Jonhson? —me dice impresionado el abogado de la familia Elric

¿Por qué se impresiona? Es un simple contrato de trabajo. ¿No?

Con las hojas entre mis manos, intento leer y averiguar un poco más lo que dice, pero me es imposible y además ve da vergüenza aceptar que no sé leer a pesar de la edad que tengo.

Así que donde veo la línea y mi nombre, que es lo único que puede leer en cualquier idioma, pongo mi nombre como firma.

— Listo. ¿Cuándo me podré presentar en casa de los Elric? —preguntó con rapidez al ver que el abogado se está preparando para irse

— Se le informará por llamada, en este momento no están en la ciudad. Hace un mes el hijo de los Elric tuvo un accidente grave, así que no estarán por aquí un tiempo.

Alphonse Elric, un hombre que lo ha tenido todo desde el día que nació, debido a eso, se formó en un hombre arrogante e inclusive un tanto sádico, me atrevo a decir eso porque muchas veces vi a varias mujeres salir de su habitación llorando.

Pero sea como sea, también es un hombre increíblemente cuidadoso. Así que, si tuvo un accidente, debió ser algo que no pudo anticipar.

— Gracias —respondo en voz baja

— La familia Elric espera que puedan continuar con usted trabajando bajo confianza igual que lo fue con su madre, señorita Jonhson.

— Es mi intención, espero impresionarlos tanto como mi madre lo hizo. Me contó miles de veces la buena impresión que dio desde el primer día de trabajo —sonrió con amabilidad.

— Tenga aquí una copia del contrato que acaba de firmar, señorita. Si no tiene ninguna otra duda, me retiro.

Cuando el abogado me pasa un montón de hojas más, me quedo observando la primera… algo que si estoy segura de que se leer, son los nombres, así que cuando veo el nombre de Alphonse y no del señor Edward me quedó sin entender.

— ¿Por qué está el nombre de Alphonse en el contrato?

— ¿Qué nombre esperaba? ¿El del señor Edward? —el abogado ríe como si hubiese dicho un chiste, pero mi mirada sigue seria.

— El señor Edward siempre hace los contratos

— El señor Edward en casado, señorita Jonhson, así que es obvio que eso nunca pasará.

— ¿El nombre del señor Edward no está aquí por qué está casado?

— Así es

Supongo que eso es algo demasiado obvio, por la forma en la que el abogado me ha respondido. Avergonzada, sintiéndome tonta, agradezco de nuevo y lo veo irse.

Mi familia es de Inglaterra, pero mis padres nunca se llevaron bien con sus hermanos, así que estoy sola. Aquí en Austria, vivíamos en la gran casa de los Elric, así que como debo esperar a que me llamen, me quedaré en un convento.

Es gratis.

Casi todas las madrugadas despierto llorando, aunque ya pasaron algunos meses de la muerte de mis padres, aún me sigue doliendo, pero no tanto como el primer día.

Las mujeres del convento me ayudaron los días siguientes a seguir estudiando, así que cada día podía leer textos más y más complicados.

— Buen día, hermana Sol —saludo y bajo mi cabeza como respeto. He estado en este lugar por varias semanas, no me han pedido ni un solo dólar de cooperación, así que comienza a darme pena mi propio asunto.

— No bajes la cabeza de esa forma, Mirai. Nunca te avergüence si no haces nada malo, así que levantarte con orgullo.

Aunque ella me diga eso, no puedo evitar seguirme sintiendo de esa forma. Cuando miro de frente a la hermana Sol, ella me sonríe de forma amable.

— Gracias

— Tienes una llamada esperando en la oficina, de la familia Elric. ¿Es la llamada que esperabas?

Cuando escucho esa gran noticia, mi corazón late de alegría. Comenzaba a pensar que se habían olvidado de mí.

— Si, Si. ¿puedo ir a responder?

— Claro

Comienzo a correr por el pasillo, temo que, por tardar, cuelguen la llamada. Aunque la señora y el señor son amables casi todo el tiempo, perdieron no arriesgarme haciéndolos esperar.

Básicamente casi tiro la puerta de la oficina de la hermana Sol para entrar y poder responder.

— Discúlpeme por hacerla esperar, señora Elric —digo en cuanto tomo el teléfono, mi respiración es entrecortada, he corrido una distancia bastante larga.

— Mi madre no te ha llamado —la voz amarga del hijo de los Elric es lo que menos esperaba escuchar.

— Disculpe, joven Elric. Pensé que era la señora, había estado esperando su llamada por bastante tiempo.

Puedo escuchar que sale un suspiro pesado. Los señores Elric casi no dejan que su hijo tenga contacto con los sirvientes, debido a su mal modo de tratar a las personas, así que por esa razón no pensé que fuera el.

— Te espero mañana en mi despacho, desde mañana podrás empezar.

¿Empezar? ¿Con él?

— ¿No me explicaran los deberes la señora Elric, joven Elric? —preguntó confundida.

— ¿Es que no sabes leer los contratos, Mirai Jonhson? ¿Eres una persona tonta acaso?

No puedo aceptar que no se leer y menos ante una persona como Alphonse. Mañana cuando vaya a la casa de los Elric, buscaré a la señora.

— Si, discúlpeme joven Elric.

— Llámame Alphonse, será demasiado obvio que me sigas llamando Elric —responde secamente— Ven con cualquier vestido blanco que encuentres, si no tienes uno, está por llegarte uno.

¿Vestido blanco? ¿Para qué?

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