Alina
El dolor es breve, pero el escalofrío que sigue es tan ardiente como un fuego que devora mis venas. Los colmillos de Damon se hunden en mi carne, justo en la unión de mi cuello y mi hombro, donde late mi pulso. La mordida es a la vez dolorosa y embriagadora.
Un grito escapa de mis labios mientras una ola de energía atraviesa mi cuerpo, un calor intenso propagándose desde la mordida hasta la punta de mis dedos. Mi corazón se acelera, latiendo al unísono con el de Damon.
— Alina…
Su voz es áspera, temblorosa. Él retira lentamente sus colmillos de mi piel, lamiendo suavemente la herida para calmar la quemadura. Tiemblan mis músculos bajo la caricia de su lengua, mi cuerpo vibrando bajo el impacto del vínculo que acaba de sellarse entre nosotros.
Lo siento. Dentro de mí.
Una ola de emociones crudas se infiltra en mi mente. El deseo ardiente de Damon, la posesividad animal, pero también una ternura inesperada, casi dolorosa.
A lentas, abro los ojos. Damon me sostiene aú