— ¿Creías que jamás te iba a descubrir?, que nos ibas a ver la cara a todos, te infiltrarías en la mano negra, vengarías la muerte de tu padre y todo estaría bien, pues te equivocaste princecita — dijo antes de sacar el arma.
— ¿Alguien más lo cabe? — pregunto Eva.
— Claro que no, primero te mato y luego les digo.
— Muy bien — respondió ella apuntando y disparando justo en su frente, Luis cayó sobre el volante de su camioneta.
Eva no asimilaba lo que acababa de hacer, lo mato, mato a uno de los jefes de la mafia. Arranco el auto y lo dejo donde debía, pero antes tenía que buscar ayuda, esto era más grande que ella, debía aceptarlo.
Luego de dejar el auto frente aquel edificio se dirigió al bar a encontrarse con el jefe.
— Pero si es mi Eva, la princesa de este lugar carajo, muy bien hecho ¡bienvenida a la mano negra!
Le ofreció una copa y ambos brindaron.
— El Luis tenia razón tienes agallas niña.
— Gracias jefe, quiero esto y prometo hacerlo bien.
Por otro lado Alexander que había es