Al llegar a casa de mi abuela, bajé a Valery quien todavía seguía inconsciente. Mi abuela, al verla, preocupada me preguntó quién era ella y por qué se encontraba en ese estado.
—Es la chica que pediste ver y el resto de lo que le sucedió ni yo mismo logro comprenderlo —le dije—, pero por favor has que despierte.
Mi abuela tomó su pulso y me dijo que tranquilo, su pulso está normal y ella parece estar bien, solo se ve un poco agotada, déjala que duerma un poco más y luego se dirigió a la cocina. Después de unas horas, finalmente despertó, sentí un enorme alivio cuando la vi despertar, por un momento temí que no lo hiciera.
—¿Te sientes bien? —le pregunté mientras la ayudaba a sentarse.
—Creo que mi cabeza duele mucho —dijo.
—Espera aquí —le dije mientras iba por mi