Punto de vista de los chicos
El silencio se volvió pesado mientras todos esperaban el siguiente ascensor. Nadie hablaba. Nadie sabía cómo empezar.
Sofía miraba la puerta de metal como si pudiera derretirla con la mirada. Sentía un nudo en el pecho, como si alguien la apretara desde dentro.
Había perdido algo. No. Alguien.
Giró lentamente el rostro, buscando a Rocío, que se había quedado a un costado, la mirada clavada en el piso, con los brazos cruzados y una expresión hermética.
Respiró hondo.
—Rocío —susurró, como si el nombre se le hubiera quedado atrapado en la garganta—.<