- Siena... ¡No hables! - Lucca trató de convencerme de nuevo.
- ¡Ella hablará conmigo! - insistí.
- ¿Por qué haría eso? ¡Somos su familia! La queremos. La conociste hace poco tiempo... Eso... Eso no está bien.
- Y no sé cómo explicarte por qué la chica habla conmigo y no contigo. Pero estoy seguro de que tarde o temprano verás que no miento.
- ¡No he dicho que mientas!
- ¡Pero dudabas de ella! - comentó Odette.
- ¿De verdad crees que Catriel y yo estamos de acuerdo con todo esto? - Me miró con seriedad.
- Si no estáis de acuerdo, ¿por qué no hacéis algo al respecto?
- Porque nuestra madre nos mataría.
- Y por miedo a la reina, ¿nadie intervendrá a favor de la niña? - cuestionó Odette.
- ¡Es mucho más complicado de lo que crees! - suspiró.
- ¿Cuándo te enfrentarás a tu madre, Lucca? - le apremió Odette - Ya tengo claro que ella toma todas las decisiones aquí.
- Pero... ¡Estás aquí conmigo, mi amor! Y ella lo permitió.
- ¿Por qué no me echó, ahuyentándome como a un animal? - Odette rió