- ¿Sabe el príncipe del País del Mar lo de tu libro?
Miré a Donatello, arrugando la frente:
- No necesito responderle sobre eso. Es mi vida personal. De hecho, la invadiste cuando cogiste el libro que no te pertenecía y empezaste a leerlo.
- ¿No me contrataron para mostrar a la gente la verdadera princesa Aimê D'Auvergne Bretonne?
- Sí, para "mostrar" y no para "exponer".
- Creo que exponer era lo que hacía Su Alteza antes de contratarme. - Habló con una sonrisa sarcástica.
Suspiré:
- No quiero que su amigo aparezca delante de mí nunca más. - Se lo dejé claro.
- Por lo que sé, lo besaron casi a la fuerza.
Me di vuelta y ahora vi no sólo una sonrisa libertina, sino una expresión facial completamente burlona.
- Todavía me gusta Catriel y no fue fácil romper por su mentira.
- En realidad no era mentira, Alteza. Sólo ocultó la verdad.
- ¿De qué lado estás?
- Del lado de la verdad, como es mi deber.
- ¿De dónde sacaste a Sasha? ¿Desde cuándo son amigos? Es mayor que tú y nunca os he visto