Las emociones de Alessia se congelaron cuando miró a los ojos de Benjamín y vio oscuridad en ellos. Su intención siempre había sido lograr que él la amara, pero increíblemente solo consiguió el efecto contrario.

Ahora él la despreciaba; no solo él, sino también Henrico y Carlota. Los rostros frente a ella estaban llenos de dolor, odio y resentimiento.

Como si Benjamín ya no tuviera nada más que decir, se dio la vuelta para marcharse, pero Alessia no quería dejar que todo terminara así. Avanzó hacia él, lo agarró con todas sus fuerzas y le rogó, con los ojos llenos de lágrimas:

—Necesitas perdonarme, Benjamín —sus suspiros de odio al mirar su desprecio hicieron que Alessia se sintiera como una completa basura—. Te amo y no sabría vivir sin tu amor.

—Suéltalo de inmediato. —Ca