Alessia la empujó del sofá y ya se preparaba para subirse encima de Antonela y agredirla, pero Henrico apareció, la tomó del brazo y la empujó lejos.

Antonela cerró los ojos, sintiendo un dolor punzante en la cabeza. Su vista borrosa alcanzó a ver el asombro en el rostro de Alessia al darse cuenta de que Henrico la estaba defendiendo. Era realmente sorprendente que él la defendiera después de haber dicho tantas veces cuánto la rechazaba.

—Seguro que te golpeaste la cabeza para defender a esa inmunda —gritó furiosa, dirigiendo sus palabras a su propio padre—. ¿Dónde quedó tu viejo discurso de que Antonela estaba muerta para ti?

Las palabras de Alessia golpearon directamente el corazón de Antonela. No era una sorpresa para ella saber cuánto Henrico la detestaba, sobre todo después de la muerte de Francesca, pero hasta ese momento