Vermont.
-“Eres un estúpido, Vermont Wilson. ¡Maldita sea! ¡Qué vergüenza!, ¡y bájame ya! ”- me dijo cuando ya estábamos solos, con la puerta del ascensor cerrada, mientras ascendíamos a mi despacho.
-“¡Cállate ya, maldita mujer!, no haces más que meterte en problemas, ¿sabes el trabajo que das? Estamos en una misión, miles de personas pueden morir, y tú, que en tu cuerpo tienes la única arma definitiva para vence