—¿Tienes prisa? — Catherine giro la cabeza, desaprobando su provocación.
—Sí, Lucian. Deja tus trucos, no me engañaras.
«Burlarse de ella, jugar con ella, verla avergonzada e incluso nerviosa no es más que obligarla a entregar la custodia de su hija. Desafortunadamente, su plan está destinado a fallar»
Los ojos oscuros de Lucian volvieron a brillar con un poco de infelicidad, viendo a Catherine irse. Él le tomó la mano sin pensarlo.
—Te llevaré.
—No es necesario — Ella quiso quitarle la mano de la suya, pero su fuerza era mucho mayor que la de ella. No pudo evitar ser arrastrada por él a su auto, abrir la puerta y meterla dentro.
Después de cerrar la puerta y subir al auto. Al ver a Catherine mirarlo con enojo, esa parecía ser la expresión que más usaba cuando lo enfrentaba todo el tiempo.
—Voy a ver a mi hija y de una vez te llevaré.
—Despreciable — dijo ella. Pensando que la desvergüenza de Lucian no es pequeña —Te digo, mi hija se va a Dinamarca, ya lo he decidido. No quiera