El doctor Evans para todos, Robín para Arya se acerca a decirles que su pequeño hijo ya está estable. Al solo oírlo, la doctora abraza de nuevo a Ayden y rompe a llorar. Siente que su alma vuelve a su cuerpo y que se va el temor.
—En un momento van a poder pasar a verlo —asegura aún con su ropa de civil debajo de una bata quirúrgica improvisada.
—¡Gracias, Robín! —expresa Arya y lo abraza efusivamente para después soltarlo—. Dijo la maestra de Aryehn que comió helado y estuvo corriendo después de eso.
—Uf… justamente las recomendaciones que pediste que no hiciera —comenta él—. Creo que deben hablarlo con el colegio o ponerle un maestro sombra solo para que lo vigile.
—Ya veremos —informa Ayden—. Es muy pronto para sacar conclusiones.
—Lo siento, tienes razón —dice Robín