Los días siguientes a la fiesta, Laura no podía dejar de pensar en el mal momento que había vivido gracias a Martín y su trato despectivo. “No puedo creer que se comportara así,” murmuró para sí misma mientras revisaba su teléfono, sintiendo que la rabia y la tristeza se entrelazaban en su pecho. Necesitaba urgentemente sacarse el amargo sabor de boca, así que se concentró en buscar una nueva escuela para Lucas. Hizo varias llamadas para solicitar información sobre puestos de empleo, consciente de que los gastos escolares serían difíciles de asumir en su situación.De repente, su teléfono vibró. Era un mensaje de Leticia:“¿Cómo va todo, Lau?”“Mal, amiga. Los gastos médicos de mi madre no paran de aumentar, no encuentro escuela para Lucas y menos un empleo. Estoy a punto de enloquecer,” respondió, sintiendo el peso de la preocupación aplastándola. La enfermedad de su madre había consumido todos sus ahorros, y ahora le atormentaba no poder cubrir los exámenes y tratamientos que nece
Laura casi no pudo dormir esa noche , se sentía muy emocionada ante la perspectiva de empezar en su nuevo empleo. Al día siguiente se levantó muy temprano y se arregló muy elegante para ir a su primer día de trabajo. Después de despedirse de su madre, quien le sonrió con orgullo desde el sofá, Laura salió de casa con el corazón palpitante de emoción y nervios. Esperaba poder dar lo mejor de si para demostrarle a todos que aún tenía mucho que ofrecer . Al llegar a la agencia, de inmediato se acercó a la recepción, sintiendo cómo los nervios la invadían. Sin embargo, trató de mostrarse tan segura de sí misma como cuando desfilaba en las mejores pasarelas de Italia. Una joven con un peinado impecable y una sonrisa profesional la recibió. Pero, al verla, su expresión cambió rápidamente a una de sorpresa y confusión.—Hola, buenos días —dijo Laura, tratando de mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza en su pecho. Le mostró una sonrisa cargada de emoción, pero la recepcio
Laura aunque triste no sé dió por vencida, y buscó y buscó empleo, hasta que días después de haber sido rechazada en la agencia de modelos, encontró trabajo en una tienda de lujo. —Estoy muy orgullosa de ti , cariño. No importa cuántas veces te caigas, te vuelves a levantar. Esa es mi hija— dijo su madre antes de que se fuera en su primer día. Pasaron los días, y Laura pudo adaptarse rápidamente. Le gustaba mucho la tienda. El ambiente era sofisticado y elegante, con luces suaves que iluminaban los artículos de alta gama. La gerente, al ver su experiencia como modelo, le pidió que se pusiera la ropa y los accesorios de la tienda y se colocara en la puerta para atraer a los clientes. Laura aceptó con entusiasmo, sabiendo que esta era una nueva oportunidad para mostrar sus habilidades. Quería demostrarse a sí misma que en cualquier lugar podría brillar y llegar a la cima. Por eso, cuando la gerente le hizo la propuesta, ella realizó una investigación detallada sobre cada producto,
Martin tomó la mano de Laura, sujetando su muñeca con cuidado para examinar la herida que se extendía por su piel, mientras laura sintió toda su anatomía temblar por su contacto. Hace mucho que no sentía el calor de sus manos en su piel. —¿Entonces me dirás qué te pasó? —preguntó alzando la mirada hacia sus ojos , su rostro refleja una mezcla de preocupación y muy en el fondo afecto.Laura respiró hondo, sintiendo el impulso de restregarle que su educada novia había sido la responsable de su estado. Sin embargo, Barbara, que parecía intuir la tensión en el aire, se colgó del brazo de Martin. —Aún tenemos tantas cosas como para perder el tiempo en insignificancias, no es nuestro asunto lo que le suceda a la señorita, mi amor— dijo y Laura aprovechó para soltarse de su agarre.—Estoy bien, gracias. Mejor hágale caso a su novia —respondió , forzando una sonrisa mientras se daba la vuelta para continuar con lo suyo. Pero de repente sintió la mano de Martin apretar su brazo con determin
Laura llegó a la casa dispuesta a olvidar el mal momento que pasó ese día. Barbara era una mujer sin escrúpulos , eso le quedaba claro. Se sentía enojada y frustrada ante la forma en que la trató Martin. Un día parece odiarla con todo su ser y otro día deja tirada a su novia por llevarla a recibir atención médica. No sabía porque actuaba así pero lo que si.twnia claro era que no le iba a permitir desordenar su vida ahora que demasiadas complicaciones tenía. Abrió la puerta y ahí estaba su casi dormido en el regazo de Elena su madre. Al oír la puerta abrirse, despertó y emocionado al verla, corrió hasta ella. Después de decirles que lo de su mano era solo un accidente laboral y sentarse en el sillón, y después de hablar un poco con su madre, exhausta le dedicó un poco de tiempo a su pequeño. —¿ Cómo te fue hoy , mi amor?—Bien, mami. ¡Ya tengo amigos en la escuela!Laura lo abrazó celebrando la felicidad de su pequeño y rápidamente olvidó los inconvenientes de ese mal día. Desde
Laura estaba a punto de dormirse cuando recibió una llamada de Martín que la sobresaltó. Al principio, temió escuchar alguna impertinencia y por eso, dudó en contestar, pero se sorprendió cuando le pidió que lo acompañara a una cita al día siguiente, solo ellos dos, para hablar de algo importante. Después de colgar, dudó sobre qué decisión tomar, pero finalmente aceptó. La idea de tener una conversación a solas con él la intrigaba, y el sueño se desvaneció mientras imaginaba las posibles sorpresas que podría traer esa cita.Al día siguiente, se presentó a trabajar en la tienda, a pesar de que su jefa le había ofrecido días de reposo por el problema en su mano. No podía permitirse faltar debido a los gastos constantes por la enfermedad de su madre. Al regresar a casa, le pidió a Leticia que se quedara un par de horas más con su madre y Lucas, sintiéndose algo avergonzada. No le mencionó que tenía una cita con Martín. Leticia no pudo negarse, así que , Laura, se preparó para encontrar
Después de que Laura se marchara, Martín sintió como si un peso se hubiera levantado de sus hombros. Sin embargo, en su interior, una rabia contenida burbujeaba, amenazando con desbordarse. Se dirigió a su oficina, cerrando la puerta tras de sí con un golpe suave, y se sirvió un trago de whisky. El sabor fuerte y ahumado lo reconfortó, y poco a poco, una sonrisa comenzó a dibujarse en su rostro. La cercanía de Laura lo hacía sentirse feliz, pero la sombra de su pasado rápidamente frustraba cualquier atisbo de alegría que pudiera sentir. Justo en ese momento, Belinda entró sin tocar la puerta, con una mirada inquisitiva en su rostro. Había notado el cambio en él, y su curiosidad era palpable.—Veo que ya olvidaste todo lo que esa mujer te hizo —dijo, cruzando los brazos.— ¿ Ya olvidaste cómo te hizo sufrir? Ahora pareces un tonto, detrás de sus faldas—Martín se giró hacia ella, su expresión cambiando de una sonrisa a una mirada decidida. Pero en el fondo, una parte de él aún se debat
Después de reflexionar detenidamente, Laura se vio obligada a tragarse su orgullo y aceptar la oferta de trabajar para Martín. No podía negar los deseos que latían en su corazón: anhelaba seguir desarrollándose en la industria del modelaje y, al mismo tiempo, acercarse más a él, solo para demostrarle que podía estar bien sin su ayuda. Aunque en el fondo no quería reconocer que tenerlo cerca la emocionaba. Se consolaba internamente con esa idea, recordando las veces en que habían compartido momentos especiales, aunque su relación estuviera marcada por la tensión y el resentimiento.Sin embargo, Martín rápidamente volvió a ser tan cruel como siempre.—¿Me mandaste a llamar, Martín? —preguntó Laura, al entrar en su oficina, notando cómo su mirada la recorría de arriba abajo, evaluando cada detalle de su apariencia.—No me gusta que me tutees. ¿Entiendes? Soy tu jefe —respondió con arrogancia, como si disfrutara del poder que tenía sobre ella. Luego, una sonrisa burlona se dibujó en su