Julianne vio el rostro de Carrick y supo de qué iba la noticia. La joven le abrazó y él maldijo molesto, tenía que decirles a sus hijos que la perra de su madre había fallecido. 
 —Lo siento, Cash. —Él le dio un beso en la frente. 
 —Puedes por favor a averiguar sobre el caso de Berrocal yo voy a resolver esto. 
 —Bien. No tienes que hacer nada solo. 
 Sus hermanos bajaron para desayunar junto Alice y Alan, Julianne fue a despertar a los chicos, Lorenzo se había pasado de cama y tenía a su primo pequeño abrazado como un peluche. 
 Los cuatro se miraron. —Vamos a desayunar—Propuso Julianne. 
 —Mi abuelo dijo que íbamos a montar—Respondió Isabela emocionada. 
 —¿Quién putas se baña antes de ir al monte?
 —Yo. ¿Qué tal si me pasa como a tu mamá? Llega un príncipe a conocer