Sergio
En casa presidencial todos han firmado un acuerdo de confidencialidad, por lo que nadie va a hablar de nuestra pequeña escapada romántica. Insisto en dejar claro que Elise está a cargo y que Rojas le apoya incondicionalmente. No había ningún tipo de problemas, solo supervisión y lo que ocurriese en el día y como planeo dedicarme al completo a mi esposa, mi celular sería entrego a mí dos veces al día, una en la mañana y otra en la noche. Además, tengo una sorpresa preparada para Isabela.
Hace unos años cuando estábamos de campaña habíamos ido a pasear y por una cosa u otra mis hermanos arruinaron nuestras vacaciones con su revolución. Así que vi la oportunidad de cerrar el lugar, mandar el mismo acuerdo de no divulgación, reducir la cantidad de personal y disfrutar solo con mi esposa.
Isabela no se lo puede creer cuando llegamos.
—¿Te acuerdas, íbamos a casarnos aquí?—Dice feliz mientras me llena de besos.
—Gracias, Sergio.
—Tiene un montón de actividades, la propiedad est