Capítulo seis.

Mientras tanto Anna seguía desahogandose con su nana era la primera vez que salían juntos por así decirlo y Agustín pensó mal de ella, Anna estaba furiosa

María trataba de tranquilizar a Anna

— Ya mi niña, tienen todo el tiempo del mundo para conocerte, y para que él se de cuenta de que tú no eres esa clase de persona, él se dará cuenta de la mujer hermosa que eres.

— Hay nana ¿Tú de verdad crees que eso sea posible? — preguntó Anna.

— Ya verás que si mi niña, ahora vete a descansar, mañana será otro día. — Contestó María

— Está bien nana que descanses, me iré a dormir, hasta mañana. — dijo ella dándole un beso a su nana.

Anna se fue a su habitación se dio una ducha rápida se puso su pijama favorita seco su cabello y se fue a dormir.

Anna se despertó era sábado así que decidió salir de casa y distraerse con su nana, bajo las escaleras y María ya la estaba esperando para servirle el desayuno.

— Buenos días mi niña, el desayuno ya esta listo — dijo María.

Anna saludo a su nana y se sentó a desayunar. Después de terminar de desayunar, Anna le planteo una idea a María.

— Nana que te parece si salimos a comer un helado, vamos al parque a distraernos, mi papá no está así que a que me quedo aquí. —

María lo pensó por un rato y le dijo qué sí

Ambas mujeres pasaron todo el día fuera de la casa, al anochecer Anna convencio a María para que fueran a algun restaurante a comer

Cuando llegaron al restaurant Maria no quería entrar.

— Niña ¿Cómo quieres que entre en este lugar? Se ve que es muy caro, mejor vámonos a casa, allá te preparo algo de cenar, lo que tu quieras. . — dijo María, pero

Anna la tomó de la mano.

— Nana, no te preocupes por eso, yo te quiero mucho y para mí es un placer que cenes conmigo, aquí o donde sea no me importa, pero ya estamos aquí así que entremos.

( Maria había sido la nana de José y después fue la de Anna, María ya llevaba muchos años trabajando para la familia Leroy y José y Anna la consideraban parte de la familia)

La chica entró tomada de la mano de su nana, las llevaron a una mesa y les dieron la carta, Anna pidió comida para ambas.

La comida llegó rápido María y Anna disfrutaban de la comida. Todo fue fantástico para Anna estar con su nana le hacía sentirse bien cuando Anna pagó la cuenta y se dirigían a la salida sin querér cruzó sus ojos con los de un hombre al verlo Anna rápidamente miró hacia otro lado. Ahí estaba Agustín con una chica muy bien vestida, era bonita y a él se le notaba la mirada tierna que tenía hacía ella.

Anna salió del restaurante con María a su lado ella no dijo absolutamente nada, y Agustín se preguntaba que abría pensado Anna al verlo, pero Lucía, lo sacó de sus pensamientos ella también se dio cuenta de la mirada de la chica, así que le preguntó a Agustín.

— Agustín dime ¿Conoces  a esa mujer? . — preguntó Lucía. Si ese era el caso, ella tendría que tomar medidas necesarias, pues no podía permitirse perder a Agustín. Pará ella él era su voleto hacia la riqueza y no lo iba a dejar tan fácilmente

Agustín no dijo nada y siguió comiendo. Cuando salieron del restaurante la llevo a su departamento, antes de que Lucía bajara del auto, Agustín la detuvo.

— Lucía tengo que hablar contigo, es algo muy serio. — dijo Agustín.

— Dime que pasa Agustín, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea. — contestó Lucía. Agustín dejó salir un suspiro.

— Yo me casaré en mes y medio, mis padres así lo decidieron y lo voy a aceptar, entiendo si ya no quieres verme, pero quiero que sepas que después de dos años me divorciare de ella. — soltó la bomba.

Lucía al escucharlo empezó a llorar.

— Agustín, tú me prometiste que nos casariamos, dijiste que solo era cuestión de decirle a tus padre ¿Cómo es posible que ahora te casaras con otra mujer? ¿Por qué me haces esto? — dijo ella en sollozos

— Lucía ya te dije que no soy yo, son mis padres y no quiero pelear con ellos, entiéndeme tú y yo podemos seguir igual, yo no siento nada por esa mujer, solo lo hago por darles gusto a mis padres, y en un año o dos me divorciare de ella y tú yo podremos estar junto de nuevo. — dijo Agustín un poco molesto, por el comportamiento de Lucía.

Lucía recordó que a Agustín le gustaba que fuera sumisa con él, así que le contestó en el tono más dulce que encontró.

— Está bien Agustín como tú digas yo te amo y te esperare el tiempo que sea necesario, solo no dejes de amarme, ella puede utilizar cualquier cosa para atraparte — dijo ella, tratando de sonar tímida.

— No te preocupes por eso, ya todo lo tengo arreglado, sabes perfectamente que de mi nadie se puede burlar, anda ve a descansar, nos vemos luego — dijo Agustín y Lucía asintió, le dio un beso en los labios a agustín y salió del auto, ella entró al edificio y lo vio partir.

— Estas loco si piensas que esa mujer me quitara lo que es mío. Será mejor que no te enamores de ella Agustín, porque si lo haces lo lamentarás — dijo Lucía cuando lo vio partir, ella haría cualquier cosa, con tal de obtener lo que ella quería.

Mientras tanto Agustín se fue a su casa, pensando en lo que le diría a Anna, después cayó en cuanta que él no tenía porque rendirle cuántas sí aún no eran nada, si estaban comprometidos, pero no porque él quisiera, el mismo pensó que era su vid y podía hacer lo que él quisiera.

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