Veinte minutos más tarde Nat me esperaba fuera del edificio con una sonrisa, hacia varias semanas que no la veía.
Al bajarme fui directo a abrazarla. Le presente a mis amigas, a Tamara, saludo a mi mamá y entramos. Entramos solas a su consultorio.
-La puerta esta insonórizada así que puedes hablar con tranquilidad-
Comento caminando hacia su asiento, el consultorio estaba como lo recuerdo, grande, elegante, con ventanas de vidrio grueso, y el color blanco predominaba en la mayoría de la habitación.
-Genial porque a mi mamá se le da por escuchar atrás de las puertas-
-Tu mamá no es la única, créeme-
-No juegues, ¿Tu mamá también?-
-Oh si, no tienes idea, esta loca con que quiere que me case y tenga hijos porque quiere ser abuela-
-A mi mamá no le interesa que me case pero si que tenga hijos-
-¿Qué le pasa a estas señoras de hoy en día?-
-No lo se, pero si llegamos a esas edades y nos ponemos así, tu y yo, nos internamos en psiquiátrico, ¿Qué te parece?-
-Estoy totalmente de acuerd