MEDIDAS DRÁSTICAS.
MEDIDAS DRÁSTICAS.
Serafina extendió su mano para tocar a Alessio, pero el pequeño se negó a apartarse de su padre y una oleada de frustración invadió.
―Ven conmigo, Alessio.
―No, no quiero irme. Quiero estar con mi padre ― exclamó el pequeño lobo, con voz entrecortada por las lágrimas.
―Alessio, ven conmigo. No te comportes así. Tenemos que regresar al castillo ― trató de razonar Serafina con su hijo, pero el chiquillo se negó y abrazó aún más fuerte a su padre ―Quiero tener a mi padre. ¿Por qué no me dejas? Es mi papá ―sollozó.
Las palabras del niño desgarraron el corazón de Serafina, no obstante, se negó a ceder ante sus demandas.
―Alessio, lo diré por última vez, ¡ven aquí!
―¡No! No voy a ir a ningún lado. ¡Quiero estar con mi padre! ― insistió el pequeño con determinación.
El pecho de Serafina subía y bajaba rápidamente, y sus ojos se clavaron en Lorenzo mientras lo señalaba como culpable de todo.
―¿Ves lo que hiciste? ¿Para eso viniste? ¿Para eso enviaste esos regalos? ¿