Emily

La espera es una tortura. Nunca en mi vida, cinco minutos me habían parecido una eternidad.

Mia está dando vueltas por toda la sala, mareándome, mientras yo sigo sentada sobre el sofá, aun sin poder creer del todo en la posibilidad de estar embarazada.

—Ya es tiempo— dice Mia en cuanto la alarma suena.

Ambas corremos al baño y al ver los resultados, siento que mis piernas pierden fuerza. Afortunadamente, Mia me sostiene.

Me alegra que este momento lo esté pasando con ella. Si estuviera sola, ya me habría desmayado por la sorpresa.

—Embarazada— digo en voz baja, mientras Mia jadea por la sorpresa. —Estoy embarazada— repito un poco más fuerte.

Mia sin poder sostenerme más, cae al piso conmigo.

—Emily, ¿estás bien? ¿Quieres ir al hospital? — dice preocupada, mientras me abraza con fuerza.

Mi mente es un torbellino de pensamientos ahora mismo.

En tan pocos meses de perder a mi única familia, ahora tengo una hermana pequeña a mi lado, un hermano mayor… un prometido amoroso, sexy y re