Capítulo 30. El dolor de ser una Branson
Emily
Muerdo con fuerza el trozo de tela que uno de los hombres de Dominique metió a la fuerza en mi boca.
Otro golpe llega a mi espalda con más fuerza que el anterior. El impacto es tan brutal que siento como mi piel se abre, incluso puedo sentir la sangre recorriendo mi espalda y cayendo al suelo.
—Así que eres igual que tu madre: Una cualquiera que necesita atención de los hombres prohibidos— dice Dominique con burla.
Aún no sabía cómo se había enterado de que estaba con Ethan… Simplemente, al salir de su departamento, no había dado ni dos pasos, cuando los hombres de esta mujer me subieron a una camioneta.
Los golpes comenzaron desde que me echaron dentro y todo empeoró cuando llegamos a la mansión. Ni siquiera me llevaron a otro lugar, uno en el que pudieran borrar sus huellas.
No, tenía que ser en este lugar conocido, demostrándome que pueden cometer cualquier crimen en su propia casa, que nadie les reclamará nada… Y parece que estas prácticas son parte de esta familia.
—Ahora v