Capítulo 24. Vulnerables
Emily
El beso se transforma en uno más intenso, más necesitado. Incluso mis manos comienzan a vagar y aferrarse a su cuerpo.
Mi cabeza se nubla, no sé si esa necesidad es de él, de sus labios, de su calor y su esencia que me están volviendo loca, o si es esa necesidad que se desata cuando quedas completamente sola.
Esa necesidad de ser visible para alguien, de querer ser amada, de querer ser parte de alguien y algo más, como una pareja o una familia.
Abrir mi corazón ante el gran dolo que sentí al pensar que mi madre había sido engañada y usada, me ha dejado con una confusión emocional terrible. Aunque había dicho tan poco, se siente como si hubiera abierto la caja de Pandora.
—Regresa a mí— Ethan separa sus labios de los míos. —No dejes que el dolor de tus heridas te lleve lejos de mí, cariño— besa mis labios con ternura.
—Son muchas heridas— digo con un susurro tembloroso.
—Entonces, vamos a abrir cada una de ellas y vamos a sanarlas juntos— su mirada está llena de anhelo y ternura,