Capítulo 10. Abuela
Emily
Despertar en esta extraña mansión fue horrible.
Extraño mi cama, el calor de mamá durmiendo a mi lado, acurrucándome como cuando era una niña pequeña. También, extraño el olor al café recién hecho… La extraño y a mi vida con ella.
Respiro hondo varias veces, y luego, me estiro para quitarme esa sensación de desasosiego y también para mover mis músculos, porque me siento tensa, muy tensa.
Me levanto y comienzo a recorrer la habitación, ya que ayer no lo hice. Después de llorar, escuchar a mi “medio hermano” ofreciendo su ayuda, y luego, volver a llorar, me tumbé en la cama hasta quedarme dormida.
En mi defensa, había tenido un vuelo muy largo… mi vida se había desmoronado, todo lo que tenía se había evaporado y había perdido a mi madre. Así que dormir por un día, estaba bien.
Los malditos traidores estarían aquí para el día siguiente.
Así que despertar, fue terrible porque tenía que asimilarlo todo de golpe y prepararme para un nuevo día. Hoy tengo la misión de explorar y de sabe