Capítulo 54: Propuestas inesperadas.
El sangrado se había detenido, afortunadamente, el golpe no había requerido puntos. Héctor no podía dejar de mirar a esa joven que con tanta devoción atendía al señor Auritz.
— Muchas gracias por ayudarnos, habríamos terminado muy mal de no ser por usted —
La voz de esa joven castaña era agradable y le recordaba a alguien, aunque no sabía exactamente a quien. Caleb sonrió, milagrosamente había resultado casi ileso de ese incidente, el médico ya se había marchado asegurando que no corría peligro. ¿Quién iba a decir que justamente entrarían en la propiedad de su socio más reciente? Aquello había sido una coincidencia inesperada.
— La policía estará vigilando el terreno, no tienen nada de que preocuparse, llevo años viviendo aquí y está no suele ser una zona peligrosa, aunque a últimas fechas algunos maleantes como esos, han ido apareciendo. Si gustan, puedo llevarlos a su hotel — ofreció el amable hombre de ojos verdes.
Elianna sonrió. Aquel amable hombre había sido su salvador la no