Capítulo 15: Su turno.
— ¿Por qué no me respondes? ¿Estás allí? ¡Demonios Cedric responde! ¡Tenemos que hablar! —
La contestadora de su departamento le reproducía un mensaje nuevo que se sumaba a los más de cien que Elara había dejado en su bandeja. El calor de aquel lujoso licor le quemaba agradablemente la garganta, y lo hacía ir y venir entre el entusiasmo, la ira y la depresión.
Cedric sabía que Elianna lo amaba; se negaba a creer otra cosa, y no aceptaría nunca que ella pudiese sentir algo por su hermano…pero, aún así, se sentía devastado al saber que esa mujer que lo había adorado siempre, pasaría a pertenecer a otro.
Para nadie era un secreto que el en realidad no poseía ningún talento; no era particularmente inteligente como si lo era Caleb, o una estrella del deporte, el arte o lo que sea. Su único talento era el ser hermoso; su belleza le abría las puertas que necesitaba, y la explotaba al máximo…pero aquello no era suficiente.
El poder de los Auritz era algo de tener; su familia poseía un gran