Cristóbal ayudo a Camill a cambiarse de ropa y ponerse una pijama, no le importaron las negativas de su mujer ella no quería su ayuda para desvestirla, Camill se lavó los dientes y de desmaquillo, Cristóbal la veía de vez en vez, ella aún sin una gota de maquillaje lucía tan hermosa así al natural

La bella mujer se metió en la cama y casi enseguida se quedó dormida cosa que nunca hacía ella siempre daba mil vueltas antes de dormir, pero de unos días para acá se sentía muy somnolienta

Cristóbal ya vestido con una pijama de seda, simulaba leer un libro cuando de dio cuenta de que Camill estaba ya en un profundo sueño, pero que carajos! está mujercita ya se durmió y ahora que hago con... su virilidad estaba más despierta que un vampiro

Demonios tendré que ducharme con agua fría, de levantó entrando de nuevo al cuarto de baño hasta que solucionó el problema, esa noche fue muy larga para Cristóbal y muy revitalizante para Camill, había dormido tan bien que su buen