Los rayos del sol ya hacía rato que entraban por la ventana.
Eran las 7 de la mañana y aunque quisiera pasar todo el día en la cama con ella, sabía que en unas horas sus hijas se despertarían y tenía que estar en su casa.
-Mateo...mis padres no saben donde estoy y… no están acostumbrados a que no vuelva a casa… aunque soy una adulta.
-Te llevo hasta tu casa… así yo también duermo un par de horas.
-Gracias.
Les costó horrores, a los dos, separarse, sin embargo Mateo nunca dijo que la iba a llamar.
Ya estaban en la puerta de la casa de Karina y Mateo no se separaba de su boca.
-Volvería al departamento y estaría todo el día haciéndote mía.
-Yo… también me quedaría con vos…
Siguió besándola, hasta que a Karina le sonó el celular.
Era su madre para preguntarle en dónde estaba, aunque ella estaba segura que ya la había visto en el auto de Mateo.
-Me voy… Feliz año nuevo.
-Feliz año nuevo, Karina.
Se besaron nuevamente, hasta que lograron separarse.
En ningún momento Mateo le habló de vers