Tadeus Howard se suicidó antes de ser detenido por la policía. Los fiscales y los investigadores confirmaron que, en efecto, era el líder de la organización criminal que asolaba al país y que traficaba con las medicinas de nuestra clínica haciendo una inmensa fortuna con los fármacos que debían venderse bajo receta. También lo hacía con diversas y peligrosas drogas, extorsionaba a comerciantes y empresarios, manejaba un ejército de sicarios y se dedicaba a estafar al estado con licitaciones fantasmas, además que cometía sucesivos delitos de lavado de dinero y de corrupción de funcionarios.
Howard era un mal hombre.
Yo me sentía culpable de todo. Animé a Trevor a declarar y ahora en la clínica había un ambiente fúnebre y de desolación. Encontré a Brown meciéndose en su silla, con la mirada perdida en los rincones de su consultorio. Ya llevaba dos días allí, en su oficina, tenía la barba crecida y estaba desaliñado. -¿Sabías que Howard me ayudó a pagar este edificio?-, me dijo s