Trevor fue absuelto. Presentar las pruebas que mostraban a Howard como el responsable de esa ola de crímenes que asolaban el país, le valió mucho en la decisión del juez y finalmente quedó libre de toda culpa. Su drama había terminado.
Ese jueves, por la tarde, Trevor se dispuso a marcharse. -No puedes irte si note doy el alta-, le dije divertida, mientras él intentaba hacer sus maletas. Con mucho cuidado guardaba las revistas deportivas que le gustaba leer y que lo acompañaron todo eso tiempo que estuvo internado en la clínica. También acomodó los zapatos donde ocultó el chip que, ciertamente, le había salvado la vida. Le ayudé a doblar sus camisas y sus pantalones. Él no era muy ducho en eso. Me dio risa viéndolo hacer unas horribles bolas.
-Usted me dijo que ya estaba sano, doctora-, me sonrió Trevor distendido, despreocupado, como si se hubiera sacado un gran peso de encima.
-Brenda me dijo que reprobaste en su último examen-, le recordé.
-Esa doctora es una malhu