Kendra.

Me quede dura en el lugar al ver a la mujer frente a mi, no puedo negar que es hermosa con ese cabello como el fuego y esa mirada penetrante, se por su aroma que no es loba, pero la cuestión es que hace acá y que quiere de mí.

-¿Quien sos?- cuestiono.

-Mi nombre es Cristal- dice y camina hacia mí- soy tu protectora.

-¿Protectora? No comprendo- digo con cara de confusión y ella se ríe.

-Hay mucho por charlar, prometo no lastimarte- dice con sus manos en alto- además estas en mi casa.

-Oh lo siento- digo con verguenza.

-No lo sientas, sabia que llegarias y que nos encontrariamos acá, ese es nuestro destino.

Ella camina hacia la mesa y corre una silla para sentarse, y me hace un gesto para que haga lo mismo. Morin gruñe en mi interior aunque sabe que es lo mejor escuchar. No estamos lista para una pelea que no sabemos si vamos a ganar.

-Toda esta historia se remonta a muchisimos años atrás- afirma- y los dioses quisieron que vos fueras la encargada de cumplir la profecia.

-No lo