Jacob, sin embargo, tenía otras ideas.
Al tirar de la manga de Albert, cogió su tetera y le sirvió una taza de té, aunque se había enfriado un poco.
Luego, tomando su taza con una mano, tomó su teléfono con la otra, lo desbloqueó y encendió la cámara.
Su movimiento fue ágil y fluido, y de inmediato cambió a la cámara frontal, sosteniendo su taza junto a la de Albert y exclamando: “¡Vamos, Don Albert, brindemos por su salud y tomémonos una foto para conmemorar la ocasión!”.
Albert naturalmente vio a través de Jacob, pero aun así asintió, ya que era el suegro de Charlie, e incluso le colocó un brazo sobre el hombro mientras sonreía a la cámara.
¡Captura!
La foto de Jacob fue perfecta, capturó el instante en que su taza tocó la de Albert, con Albert sonriendo a la cámara, como si estuvieran tomando el té entre viejos amigos.
Satisfecho, Jacob guardó su teléfono y le dijo a Albert: “Visítanos más a menudo. ¡Tengo todo el té y el vino esperándolo!”.
“Sí, claro”. Albert asintió y ace