“¡Increíble, Señor Crane!”.
“¡Al final, es el Señor Crane quien brilla! ¡Sus ojos lo ven todo!”.
“¡Supongo que la Señorita Moore acertó al despedir a Raymond y nombrar al Señor Crane! ¡El Señor Crane es infinitamente mejor!”.
Mick se emocionó al verlos adularlo y se rio: “Me halagan… solo comparto mi perspectiva personal. En este negocio, cualquiera que sepa entendería lo difícil que es conseguir lo mejor en esta era de tecnología”.
“Hay mucha gente con segundas intenciones y cambia de táctica sabiendo que siempre hay quienes conspiran para conseguir tesoros antiguos, así que simplemente tienen que fabricarlos. Así es como empezaron a hacer falsificaciones de todo, desde pergaminos hasta esculturas y estatuas, ¡cada una tan real solo para engañar a esos tontos que creen que pueden hacerse ricos de la noche a la mañana!”.
“¡Exactamente!”, concordó alguien enseguida. “Nunca faltan esos tontos, y casualmente me encontré con uno. Tenía una pieza de jade que valía mil ochocientos dólar