El Señor Chardon vio la Orden de Trueno en la mano de Charlie e inmediatamente la reconoció como un tesoro hecho de madera Tronadora. Aunque no sabía fabricar instrumentos mágicos, estaba familiarizado con la calidad de las materias primas. La madera Tronadora en la mano de Charlie tenía una larga historia y era inconfundiblemente de primera calidad, a primera vista.

Él tenía una expresión de sorpresa cuando espetó: “Qué… ¿Qué está sucediendo? ¡¿De dónde sacaste ese instrumento mágico?!”.

Charlie se burló y dijo: “Para ser honesto contigo, fui yo quien creó ambas maderas Tronadoras. Es que la mía es el padre y la tuya es el hijo. Aunque el hijo suele ser arrogante, tiene que comportarse cuando conoce al padre, ¡por lo tanto naturalmente se vuelve silencioso!”.

El Señor Chardon estaba furioso y gritó: “¡Maldito seas! ¿Crees que un anciano como yo no tiene ninguna educación en absoluto? ¡¿Crees que creeré en semejantes tonterías?!”.

Charlie dijo con una sonrisa: “¿No me crees? ¡Te lo