Después de todo, incluso si él se disparaba en la cabeza o perdía el conocimiento, su sistema nervioso haría que todo su cuerpo convulsionara durante unos minutos. En ese caso, incluso si muriera, aún podría activar el interruptor.

Por lo tanto, nadie se atrevía a arriesgar su propia vida y mucho menos la vida de todos los presentes.

Al ver que todos estaban atónitos por sus palabras, Zakir exhaló un suspiro de alivio.

Aunque él era astuto, también le preocupaba que ocurrieran accidentes.

Después de todo, aunque él era un fugitivo, en realidad no le temía a la muerte. Él quería escapar del país sin problemas y comenzar una nueva vida, por lo que había aceptado esta misión.

Al ver cómo había tomado el control de la situación que involucraba a más de cien personas con solo unas pocas palabras, él sabía que ya había tenido éxito en su mayoría en el asunto.

Todo lo que quedaba era negociar con la policía, pedir un coche y escapar con Helen.

Justo cuando él estaba a punto de ir a la