“Bueno…”. Zekeiah sacudió la cabeza y respondió honestamente: “Para ser honesto contigo, Señor Griffin, no le he prestado mucha atención a esto y no sé las razones específicas”.
Tarlon ordenó: “¡Ve y averígualo! Moviliza tus conexiones y encuentra tantas pistas como puedas”.
“¡De acuerdo!”. Zekeiah respondió respetuosamente: “Por favor, no te preocupes, Señor Griffin. Lo investigaré a fondo”.
Tarlon dijo fríamente: “El Señor Zorro ya ha volado a Nueva York y llegará en dos horas. Ve al aeropuerto a recibirlo y espera más instrucciones”.
Zekeiah no pudo evitar sentirse nervioso al escuchar que el Señor Zorro venía. Murmuró en voz baja: “Tres de los Cuatro Grandes Condes fueron asesinados y el Señor Zorro es el único que queda. Existe la posibilidad de que alguien quiera matarlo también. Si viene a Nueva York, ¿podría terminar afectándome?”.
Él estaba pensando si lo matarían como daño colateral.
Zekeiah no podía quitarse la sensación de que los Cuatro Grandes Condes parecían tener