—Pero hay quienes ya la paciencia se les ha agotado.
—¿Se refiere a…?
Valentín miró por la ventana por un momento, y su mirada se volvió cada vez más sombría. Ordenó con voz ronca:
—Acelera el proceso de inmediato.
Luis se sorprendió por un momento.
***
Ya eran altas horas de la noche.
Había un restaurante en la periferia de la ciudad llamado Puerto Nocturno, que también estaba a punto de cerrar.
En un reservado junto a la ventana, una mujer vestía un elegante traje de color rojo oscuro. La atmósfera del restaurante realzaba por completo su elegancia y serenidad, mientras su rostro mostraba una expresión suave y llena de grandes expectativas.
—Señorita, disculpe, ya estamos a punto de cerrar. ¿Aún no ha llegado su amigo?
Ella no se mostró molesta para nada y le respondió con total amabilidad:
—Puede que haya tenido un contratiempo de último minuto. Pueden servir la comida, esperaré aquí un poco más.
El camarero afirmo cortésmente:
—De acuerdo, señorita.
—Lo siento, el número que h