CAPÍTULO 384

―¡Pat! ―Galen corrió hacia el hombre que traía en brazos a su hijo y lo abrazó―. ¡Casi muero de un susto! ¡¿Dónde estabas?! ¡¿Estás bien?! ¡¿Te lastimaste?! ¡No tienes idea del horrible susto que me diste, niño! ¡Sentí que no podía respirar! ¡¿Estás bien?!

―Sí, papi. Estoy bien…

―¡Cielo santo! ¡¿Cómo se te ocurre hacer eso?! ¡¿Por qué saliste corriendo así?!

―Perdón, papi… ―el niño frotó su cara contra el cuello de su padre mientras sus pequeñas manitas se aferraban a su ropa.

―Él está bien ―pronunció Brion y fue en ese momento que todos se percataron de su presencia―. Lo encontré llorando en la exhibición de Saturno.

Ninguno de ellos supo qué decir en el momento.

¿Cómo deberían actuar?

Lo conocen.

Tienen historia.

Recuerdos de los momentos que pasaron cómo una familia.

Las noches de película, las salidas a comer en aquel jardín secreto con muchos camiones de comida. Cuando pasaron las fiestas juntos y jugaron en la nieve.

Ellos sabían quién era el hombre frente a sus ojos.

Se veía ex
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