Su mano temblaba a sólo un centímetro de rozar el picaporte, su corazón parecía que iba a saltar de su pecho y dejar su cuerpo tendido en el suelo. El oxígeno entraba y salí a una gran velocidad y por ello sus pulmones no podían procesarlo cómo era debido.
¿De cual otra forma podría reaccionar después de ver a su mejor amigo al borde de la muerte?
Era su culpa.
No importaba cuanto Liza haya intentando hacerle creer lo contrario, fue él quien trajo a sus amigos a ese lugar lleno de serpientes. Brion sabía que correrían peligro, pero supuso que teniéndolos cerca podría protegerlos mejor que a la distancia. En verdad depositó toda su fe en ese plan y al final terminó siendo un rotundo fracaso.
No podía creer que lo hizo.
Casi matan a Jeremy.
Y era su culpa.
―Debes entrar a verlo ―se dio la vuelta para encontrarse a su hermana menor ahí de pie. ¿Cuánto tiempo había pasado ahí parado? ¿Minutos? ¿Horas?―. No puedes culparte por lo que ocurrió, Brion. Pero puedes entrar y cuidar de tu