Capítulo 283
Amaia Domínguez García
León, Guanajuato, México
Después de ese festejo maravilloso que habíamos tenido Axel y yo, tuvimos que volver a la realidad de nuestros días, la de mi Axel que era volver a estar con los clientes que poco a poco íbamos recuperando y la mía que tenía que ir a mis prácticas, ese día inexplicablemente cuando mi Axel me fue a llevar al lugar donde realizaba mis prácticas, me sentí muy nerviosa como si algo me estuviera advirtiendo mi subconsciente y Axel lo notó cuando nos despedíamos en la entrada de la empresa.
–Amaia, mi amor – Me dijo Axel – Te noto muy nerviosa ¿Te sientes mal, cariño? Si es así, puedes pedir permiso y nos vamos. No te puedo dejar que te quedes si te estás sintiendo mal.
–No, mi rey. No me siento mal – Respondí – Me siento bien y no quiero que te preocupes. Además, me tengo que quedar mi amor, no me queda de otra. Debo cumplir con mis obligaciones.
Pero sentía una sensación muy extraña, como si no me pudiera estar en un solo lugar,