Axel Vega Lazcano
León, Guanajuato, México
Amaia y yo, estábamos pasando días muy difíciles y llenos de demasiada tensión y todo porque Cecilia, intuía ya que yo andaba con alguien más y así como yo la conocía, sabía que ella no solo lo intuía, en cierta forma ya lo sabía y estaba más que segura que yo, tenía desde hace un buen tiempo una relación estable con alguien y estaba en lo cierto. Era en lo único que estaba en lo cierto, pero ella no sabía de quién se trataba, o eso esperaba yo. No quería que Amaia fuera a correr peligro alguno.
–Axel, mi amor. Te preparé un café para que sigas trabajando a gusto – Amaia me llevó un café al estudio de nuestro departamento – Te amo, mi rey.
Eran muchas las atenciones que Amaia tenía conmigo, estaba muy tensa, no sabía cómo llevar todo esto del estrés por lo de Cecilia, la entendía y a la vez me gustaría que estuviera tranquila, Cecilia no iba a poder hacer nada en su contra, había maneras de mantenerla alejada de ella.
–Muchas gracias, cariño